viernes, 4 de abril de 2014

GUIA PRACTICA PARA VIVIR LOS VALORES.



Guía Práctica para vivir los Valores
Con 4 sencillos pasos, integra los valores a tu vida y vívelos cada día.
 
Paso 1. Conocer su Importancia
El primer paso para vivir los valores es la conciencia de los importantes que son.
 
Una sociedad basada en individuos con valores es la llave para una convivencia más sana. Los valores van mucho más allá de cumplir el reglamento de tránsito, van a la raíz de las cosas. Por ejemplo, el reglamento dice que no puedes pasar una luz roja en el semáforo (bastante elemental para no matarse), sin embargo no dice que en un atasco de tráfico el cederle el paso a una persona es algo amable, que hace que todos estemos más contentos y que incluso puede ahorrarnos un percance.
 
Lo mismo ocurre en otros ámbitos de la vida. La ley establece una pena por el homicidio, pero no nos dice que tratar con educación a los demás nos ayuda a convivir aún mejor.
 
Para vivir los valores, lo primero es estar conciente de que son vitales, y que son lo que puede cambiar verdaderamente a una persona, una familia o una nación.
 
Paso 2. Analizar mi conjunto de Valores
Una vez que se ha aceptado la importancia de vivir los valores, hay que analizar claramente qué valores son la base de tu vida. Aquí podríamos establecer dos clases: los que ya tienes, y los que quieres construir. Meditar detenidamente en cuáles son aquellos principios, normas y comportamientos que son fundamentales para ser mejor, para vivir mejor. ¿Cuáles te enseñaron en casa? ¿Cuáles has ido aprendiendo con la vida? ¿Cuáles sabes que existen, pero no los vives mucho? ¿Cuáles son los que te gustaría tener? ¿Necesitas investigar más sobre ellos?
 
Paso 3. El examen diario
Si realmente quieres vivir los valores, durante una parte del día (puede ser en la tarde o noche -si es en la noche, asegúrate de no estar demasiado cansado-) date 10 minutos para reflexionar. Debes pensar en cómo te ha ido en el día, si estás cumpliendo tu meta (o metas) diarias, qué te falta por hacer y qué has hecho. Este examen es vital, si no lo haces, todo el sistema para vivir los valores va a irse perdiendo hasta que te olvides de él. El examen te permite dos cosas: analizar de manera realista y rápida cómo están resultándote las cosas, y propósitos concretos para hacer algo y vivir tus valores.
 
Mes con mes, revisa tus valores, revisa lo que has aprendido, piensa cómo te ha ido en tu día a día. ¿Mejoras? ¿Empeoras? ¿Ha habido un gran avance? Lo fundamental en este sistema es la constancia. Si ahora mismo haces tu plan maestro y estableces tus prioridades pero no las vives, no haces el examen y no sigues tus propósitos concretos, entonces en quince días te habrás olvidado de todo.
Si realmente quieres vivir los valores, debes hacerte el propósito. Esta guía está hecha de tal manera que te permite analizar y plantear metas de manera ordenada, y pequeñas acciones para lograrlas. Es mejor hacer una acción pequeña todos los días, que grandes acciones muy de vez en cuando.
Tu guía es algo personal, sin embargo no dudes en compartirla con otros amigos, y especialmente que alguien de confianza te ayude a establecer qué valores te vendrían bien, porque a veces uno pierde la perspectiva de sí mismo o hay defectos que uno simplemente no ve.
 
4.1-Para reflexionar:
El papel que juega el amor en los valores. Solo hay una cosa más difícil que hablar del amor y es hablar brevemente sobre él. Todos intuimos la necesidad del amor en nuestras vidas en todas sus manifestaciones: amor a Dios, a los padres, a los hijos, a la pareja. Podemos tener graves dificultades para describirlo y aún mayores para entenderlo, pero todos percibimos cuánto lo necesitamos. Y precisamente por eso es un valor, porque sin él nuestra vida pierde todo su sentido. Amar y ser amado es uno de los grandes sueños de todo ser humano.
 
Para reflexionar:
En una escuela de enseñanza primaria, una maestra se dio cuenta de la vanidad que había en las actitudes de sus alumnos. Valiéndose de una situación fantástica, sugirió al grupo lo divertido que sería crear una ciudad imaginaria. Cada alumno podría desempeñar el trabajo que quisiera. Llevando cuenta de las elecciones hechas por los chicos, el grupo descubrió que tenían varios doctores, abogados e ingenieros. Hubo un individualista que aspiraba a ser vago. A continuación, preguntó al grupo si una ciudad así podría sobrevivir. Entonces se puso de manifiesto la necesidad de agricultores, fabricantes de herramientas, de personas dedicadas a la limpieza de las calles, etcétera. En la discusión que siguió, los chicos se dieron cuenta, por primera vez, no sólo de la importancia que tiene toda ocupación en nuestra sociedad, sino también de las medidas que estaban usando para determinar el valor de una ocupación o de una persona. Los distintos valores de nuestra sociedad que dan importancia a la recompensa monetaria, a la categoría, al servicio social, etcétera, emergieron del inconsciente al interés consciente de todos los miembros del grupo.



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